«Las Flipped Classroom o aulas invertidas forman parte de una serie de metodologías que ayudan al estudiante a ganar mayor autonomía para adquirir un aprendizaje, y otorgan mucho valor al tiempo en que desarrolla sus actividades escolares.»
Cuando afirmamos que el mundo está cada vez más interconectado y utiliza cada vez más estrategias para realizar labores innovadoras, reafirmamos también que el ámbito de la educación no se queda atrás en este cambio.
El mundo de la educación se posiciona y alinea con cada vez más fuerza en la dinámica de la innovación y el desarrollo tecnológico, por lo que urge con
ocer las herramientas que posicionarán a los docentes como los principales promotores de un escenario altamente tecnológico.
Es importante, por ello, generar esta vinculación con los alumnos y alumnas, de tal forma que las herramientas y recursos tecnológicos estén cada vez más integrados en el proceso de enseñanza, y se optimice el tiempo para lograr que los aprendizajes sean adquiridos eficientemente.
Y una alternativa para generar una optimización de recursos dentro y fuera del aula de clases es, efectivamente, la metodología del Flipped Classroom.
Las Flipped Classroom, o aula invertida, forman parte de una serie de metodologías que ayudan al estudiante a ganar mayor autonomía para adquirir un aprendizaje, y otorgan mucho valor al tiempo en que desarrolla sus actividades escolares.
Pero, ¿en qué consisten exactamente las Flipped Classroom?
Esta metodología de trabajo propone que los alumnos estudien y preparen las lecciones fuera de clase, accediendo en casa a los contenidos de las asignaturas para que, posteriormente, sea en el aula donde hagan los deberes, interactúen y realicen actividades más participativas (analizar ideas, debates, trabajos en grupo, etc). Todo ello apoyándose de forma acentuada en las nuevas tecnologías y con un profesor que actúa de guía.
Esta metodología se basa en la búsqueda de dudas y, del mismo modo, permite que el profesor centre más la atención en las necesidades individuales de aprendizaje de cada estudiante. Pero ¿cómo puede llegar a lograr esto?
Fase 1: Lo primero es darle una aproximación del objeto de estudio a los y las alumnas, de tal forma que se interioricen con él superficialmente.
Fase 2: Luego, por medio de un recurso pedagógico – ya sea un libro, un recurso en línea, una videocápsula o audio cápsula, o cualquier otra fuente confiable de información – ellas y ellos estarán en contacto con este contenido solos, lo cual dará espacio a dudas y preguntas que deberán anotar para desarrollar más en profundidad el tema.
Fase 3: Se retoma la discusión en clases, zanjando las dudas y explicando cuáles son las aplicaciones del contenido en su misma área de estudio, además de descifrar bajo qué premisas les será útil este conocimiento en el presente y futuro. Esta es la fase más importante, puesto que aquí los alumnos y alumnas visualizan práctica y activamente los aprendizajes de sus contenidos curriculares.
Si eres docente, probablemente la pregunta que ronda en tu mente en estos momentos sea: “¿Qué ventajas tiene aplicar esta metodología en mi clase?”
Con las Flipped Classroom, puedes atreverte a desarrollar las clases que siempre estuviste esperando efectuar, motivando a alumnas y alumnos a comprender mucho mejor su entorno, por medio de aprendizajes efectivos y dinámicos.
Referencias: https://www.unir.net/educacion/revista/flipped-classroom/